Gente que me sigue:

viernes, 29 de octubre de 2010

Ficción

Os presento mi nuevo abstracto-surrealista. Lo cierto es que me he sentido muy agusto haciendo los anteriores y las críticas han sido bastante buenas. Es por lo que me he animado a hacer éste, ya me diréis qué os parece.
También sigo con ese oleo otoñal que en su día os mostraré, aunque va más despacio debido a que para trabajar con oleo necesito espacios de tiempo más prolongados que para los dibujos y mi trabajo a veces no me deja tanto como quisiera.
Bueno, que me lío...aquí os presento éste nuevo dibujo:



Dibujo a lápiz sobre papel de 21 x 25 cm. Precio: 20 €

jueves, 21 de octubre de 2010

Galeón pirata

  Hoy me he levantado con ganas de aventura: Me pongo mi parche en un ojo y voy al puerto en busca de grumetes sin miedo a morir. El ron no parará de correr, mas quien sobrepase la disciplina que les encomiende, caminará sobre la tabla y dará de comer a los tiburones de los mares del sur.
  Abordaremos barcos y hablarán mis cañones...





Bueno, después de esa presentación que podría representar el sueño de cualquier niño (como yo...), os muestro mi último dibujo. Confío en que os guste. Es en tamaño folio y está realizado con lápices de grafito.
Os añado debajo una poesía de Espronceda, que en su día, de niño, me gustó tanto que me la aprendí de memoria, y aún la recuerdo. Para evitar posibles errores os la copio de una web, y dice así:

Canción del pirata:


Con diez cañones por banda,
viento en popa, a toda vela,
no corta el mar, sino vuela
un velero bergantín.
Bajel pirata que llaman,
por su bravura, El Temido,
en todo mar conocido
del uno al otro confín.


La luna en el mar riela
en la lona gime el viento,
y alza en blando movimiento
olas de plata y azul;
y va el capitán pirata,
cantando alegre en la popa,
Asia a un lado, al otro Europa,
y allá a su frente Istambul:


Navega, velero mío
sin temor,
que ni enemigo navío
ni tormenta, ni bonanza
tu rumbo a torcer alcanza,
ni a sujetar tu valor.


Veinte presas
hemos hecho
a despecho
del inglés
y han rendido
sus pendones
cien naciones
a mis pies.


Que es mi barco mi tesoro,


que es mi dios la libertad,
mi ley, la fuerza y el viento,
mi única patria, la mar.


Allá; muevan feroz guerra
ciegos reyes
por un palmo más de tierra;
que yo aquí; tengo por mío
cuanto abarca el mar bravío,
a quien nadie impuso leyes.


Y no hay playa,
sea cualquiera,
ni bandera
de esplendor,
que no sienta
mi derecho
y dé pechos mi valor.


Que es mi barco mi tesoro,


que es mi dios la libertad,
mi ley, la fuerza y el viento,
mi única patria, la mar.


A la voz de "¡barco viene!"
es de ver
cómo vira y se previene
a todo trapo a escapar;
que yo soy el rey del mar,
y mi furia es de temer.


En las presas
yo divido
lo cogido
por igual;
sólo quiero
por riqueza
la belleza
sin rival.


Que es mi barco mi tesoro,


que es mi dios la libertad,
mi ley, la fuerza y el viento,
mi única patria, la mar.


¡Sentenciado estoy a muerte!
Yo me río
no me abandone la suerte,
y al mismo que me condena,
colgaré de alguna antena,
quizá; en su propio navío
Y si caigo,
¿qué es la vida?
Por perdida
ya la di,
cuando el yugo
del esclavo,
como un bravo,
sacudí.


Que es mi barco mi tesoro,


que es mi dios la libertad,
mi ley, la fuerza y el viento,
mi única patria, la mar.


Son mi música mejor
aquilones,
el estrépito y temblor
de los cables sacudidos,
del negro mar los bramidos
y el rugir de mis cañones.


Y del trueno
al son violento,
y del viento
al rebramar,
yo me duermo
sosegado,
arrullado
por el mar.


Que es mi barco mi tesoro,


que es mi dios la libertad,
mi ley, la fuerza y el viento,
mi única patria, la mar.



José de Espronceda.

domingo, 17 de octubre de 2010

Vieja carta de amor.

En los días que corren, en los que la informática es casi imprescindible; también ésta es el medio habitual de expresar el amor, mediante correos electrónicos, o mensajes de móvil. 
Pero para los que tenemos algunos años más, el método que usábamos era mucho más artesano: Las cartas manuscritas. En ellas se leía con más intimidad, y me refiero a que se veía el tipo de letra, la presentación, incluso el olor...
Hoy he venido a mostraros un dibujo sobre una vieja carta de amor. Comenzando por un "amada mía" y dejando el resto para la imaginación de cada uno. Con éste dibujo, quiero echar un salvavidas a esas viejas cartas. Para todos los que aún viven enamorados y tienen la oportunidad; veréis como los resultados serán tan románticos como artesana la carta.





El dibujo está realizado con una mezcla de tinta, lápices de grafito, y rotuladores rojo y negro. Para los tonos de los pétalos, he aplicado en la base ligeros tonos de lápiz para oscurecer más el rotulador, y dar así un poco de volumen.
Es un dibujo sencillo, para manteneros atentos, mientras sigo preparando un dibujo de una vieja carabela pirata, y un oleo otoñal.
Por último, dar la bienvenida a esos nuevos seguidores, y recordaros que al clicar sobre la imagen, la veréis en un tamaño mejor y más detallado.



domingo, 10 de octubre de 2010

Margarita.

Mullá Nasrudín es el protagonista de numerosísimas historias cortas del mundo islámico (Mulá quiere decir "maestro"), que pretenden mostrar con sus sencillas palabras una enseñanza a modo de moraleja.
Cada una de éstas historias cortas hace reflexionar a quien la lee, y suelen ser humorísticas. Con un humor muy cotidiano, a veces con contrasentidos, e incluso aparentes absurdos.
Sus enseñanzas han sido utilizadas por maestros del sufismo, y van desde la ilustración de asuntos morales hasta la explicación de fenómenos científicos o naturales.
Entre esas historias sufís, hay una sobre un monje y su jardín de margaritas, que decía así:

Nasrudín, el monje sufí, había decidido plantar flores en su jardín. Para eso preparó el suelo y sembró semillas de las flores que le parecieron más bellas. Cuando las flores comenzaron a nacer, observó con enfado que su jardín se iba llenando de flores que él no había elegido, especialmente de margaritas. 
Nasrudín fué en busca de consejo especializado. Habló con todos los jardineros que conocía y leyó las instrucciones para librarse de las margaritas. Pero todo fué en vano.
Las margaritas crecían cada vez más fuertes. Se mezclaban con los claveles, dalias y demás flores.
Finalmente decidió ir a la capital y entrevistarse con el jardinero real, jefe del jardín del palacio del Rey.
El sabio jardinero ya había aconsejado a muchos otros de cómo librarse de flores y plantas indeseables.
Nasrudín le contó su esfuerzo por librarse de las margaritas que crecían en su jardín. El viejo jardinero lo escuchó atentamente y después de un largo silencio, le dijo:
Por lo visto, debes cambiar tu decisión, y aprender a amar a las margaritas.







¿Quién no ha deshojado alguna vez una margarita, con el típico "me quiere", " no me quiere"...Con el gracioso desenlace de que si finalmente resultaba que nos quería; estábamos agusto, y si el resultado era negativo...pues cogíamos otra...
El origen de éste "juego" dicen que proviene de una vieja creencia oriental, en la que el enamorado cortaba una de éstas flores muy de mañana, que aún tuviese rocío y la guardaba en el bolsillo; si al final del día aún permanecía fresca, quería decir que su boda estaría llena de dicha. Se dice que si la margarita se marchitaba, el joven quedaba soltero para siempre...curioso.
Bueno, sólo me queda deciros que espero que os guste éste sencillo dibujo; realizado con lápices de grafito y un toque de color con rotulador amarillo.

viernes, 1 de octubre de 2010

Tríptico

Después de unas cuantas horas de trabajo, he terminado mi tríptico. Sé que para un pintor consagrado puede no tener mucho valor, pero para un aficionado como lo soy yo, me ha llenado de orgullo llegar hoy a colgarlos en mi casa. Me he puesto nervioso como un niño, deseoso de verlos en su sitio, al igual que me ha faltado tiempo para sacarles unas fotos para poder mostrároslos y que me digáis si os gustan.
Más abajo os muestro otra foto desde otro ángulo.




Veréis por ahí algún brillo aún, no es fallo de la foto, es que aún el oleo está fresco.


Tres cuadros al oleo de 55x38 cada uno.